La educación en matemáticas constituye uno de los pilares de la educación de un país, pues impulsa el desarrollo de habilidades de pensamiento como el razonamiento lógico y la abstracción. Cuando este aprendizaje se vincula con situaciones significativas y contextualizadas, que resulten familiares e interesantes, se promueve también el desarrollo de otras habilidades fundamentales en una formación preuniversitaria y ciudadana: la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la argumentación y la comunicación (oral, escrita y gráfica).

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”
Pr. 22.6